domingo, 23 de mayo de 2010

MIrcrorelato del día: Mi vida

Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared, no fui consciente de lo que había sucedido con mi vida.
Como la estantería, recibía golpes día sí, día no. Los dos últimos años habían sido horribles, su afán de posesión le hacia perder los nervios y utilizaba la fuerza, me acostumbré a ello, pero perdí el control de mi vida.
Ahora soy consciente de lo que está sucediendo. Puedo continuar así, lamentándome de mi misma, o enfrentarme a ello. Mi padre me enseñó que la vida debía mirarla cara a cara sin sentir miedo de ella. Empezaré por pedir ayuda, será más fácil. Pero por Dios, ¿Cómo pude permitirlo?

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