martes, 27 de julio de 2010

Microrelato del día: La Juana

La Juana nunca en su vida había pisado un juzgado, pero el día que por primera vez puso sus pies en uno, armó la marimorena. Cuando el juez procedió a leer el informe, se sintió como gladiador en la arena a punto de ser devorado por los leones, y al escuchar la condena que el juez la imponía, perdió los nervios y le propinó un puñetazo a la maqueta del edificio situada estratégicamente a la vista de todos en el centro de la sala. La condena la obligaba a separarse de sus gatitos. Y es que la Juana no pretendía hacer mal a nadie, sólo quería ayudar a esos pobres gatitos dándoles de comer, pero el número de gatos había crecido tanto que los vecinos la habían denunciado.

1 comentario:

  1. un relato triste, bien escrito el principio te da a entender q hizo algo malo pero al final solo trato de hacer bien aunque no fue recompensado

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